Vivir en el 'ahora digital'
- ilycobi86
- 16 ene 2016
- 4 Min. de lectura

Estaba en Nueva York durante el huracán Sandy, la mitad de la ciudad estaba oscura debido a un corte de energía, y yo estaba viviendo en el lado oscuro. Estuve acarreando galones de botellas de agua hasta el séptimo piso todos los días. Y mientras hacía todo esto, tuve que mantener una antorcha entre los dientes. Las tiendas cercanas no tenían linternas ni baterías, ni pan.Para una ducha, caminé 40 cuadras a una sucursal de mi gimnasio.
Pero estas no eran las principales preocupaciones de mi día. Fue crítico para mí ser la primera persona en un café cercano con cables de extensión y cargadores para cargar mis múltiples dispositivos.Empecé a buscar bajo los bancos de las panaderías y en las entradas de pastelerías por contactos. No era la única. Incluso bajo la lluvia, la gente se paraba entre Madison y la 5ª Avenida bajo sus paraguas para cargar sus teléfonos celulares en enchufes en la calle. La naturaleza sólo nos había recordado que era más fuerte que toda nuestra tecnología, y sin embargo, ahí estábamos, obsesionados con estar conectados.
Creo que no hay nada como una crisis para saber lo que es realmente importante y lo que no, y Sandy me hizo darme cuenta de que nuestros dispositivos y su conectividad nos importa tanto como el alimento y el refugio.
Soy una novelista, y estoy interesada en el ser porque el individuo y la ficción tienen mucho en común.Ambos son historias, interpretaciones. Ustedes y yo podemos experimentar cosas sin una historia.Podríamos subir demasiado rápido por las escaleras y podríamos quedarnos sin aliento. Pero el sentido más amplio que tenemos de nuestras vidas, el que es ligeramente más abstracto, es indirecto. Nuestra historia de nuestra vida se basa en la experiencia directa, pero está adornada. Una novela se necesita construir escena tras escena y la historia de nuestra vida necesita un arco también. Necesita meses y años. Los momentos particulares de nuestras vidas son sus capítulos. Pero la historia no es sobre estos capítulos. Es el libro entero. No sólo se trata de la angustia y la felicidad, las victorias y las decepciones,sino porque debido a ellos, y a veces, lo más importante, a pesar de ellos, que encontramos nuestro lugar en el mundo y lo cambiamos y nos cambiamos. Nuestra historia, por lo tanto, necesita dos dimensiones del tiempo: un arco largo de tiempo que es nuestra vida, y el tiempo de experiencia directaque es el momento. El yo que experimenta directamente sólo puede existir en este momento, pero aquel que narra necesita varios momentos, una secuencia entera de ellos y por eso nuestro completo sentido de nosotros mismos necesita tanto la inmersiva experiencia como el flujo del tiempo. Ahora, el flujo del tiempo está incrustado en todo, en la erosión de un grano de arena, en el florecimiento de un pequeño brote en una rosa. Sin él, no tendríamos música. Nuestras propias emociones y estado de ánimo a menudo codifican el tiempo, el arrepentimiento o la nostalgia por el pasado, la esperanza, o temor por el futuro.
Creo que la tecnología ha alterado ese flujo del tiempo. El tiempo total que tenemos para nuestra narrativa, nuestra esperanza de vida, ha ido en aumento, pero la medida más pequeña, el momento, se ha reducido. Se ha reducido porque nuestros instrumentos nos permiten, en parte, medir unidades más pequeñas de tiempo y esto a su vez nos ha dado una comprensión más granular del mundo material y este entendimiento granular ha generado toneladas de datos que nuestro cerebro no puede comprendery para lo cual necesitamos computadoras cada vez más complicadas.
Muchos de nosotros hoy en día tenemos la sensación de que la flecha del tiempo apunta a todas partesy a ninguna a la vez. Esto es porque el tiempo no fluye en el mundo digital de la misma manera que lo hace en el mundo natural. Todos sabemos que el Internet ha reducido el espacio además del tiempo. Lo lejos está ahora aquí. Las noticias de la India son una notificación en mi teléfono no importa si estoy en Nueva York o Nueva Delhi. Y eso no es todo. Su último trabajo, sus reservaciones para la cena del año pasado, sus antiguos amigos, están junto a sus amigos de hoy, porque también la internet archiva y deforma el pasado. Sin distinción entre el pasado, el presente y el futuro y el aquí o el allá, nos quedamos con este momento en todos lados, este momento que voy a llamar el ahora digital.
¿Cómo podemos priorizar en el paisaje del ahora digital? Este ahora digital no es el presente, porque siempre es unos segundos delante, con flujos de Twitter que ya son tendencias y noticias de otras zonas horarias. Este no es el momento de un dolor punzante en el pie o el segundo que muerdes un bollo o las tres horas que se pierden con un gran libro. Esto ahora tiene muy poca referencia física o psicológica con nuestro propio estado. Su enfoque, en cambio, es que nos distraiga a cada paso en el camino. Cada señal digital es una invitación para dejar lo que estamos haciendo ahora para ir a otro lugar y hacer otra cosa. ¿Estás leyendo una entrevista de un autor? ¿Por qué no compras su libro? Tuitéalo. Compártelo.Dale me gusta. Encuentra otros libros exactamente como el suyo. Encuentra otras personas que leen esos libros. Viajar puede ser liberador, pero cuando es incesante, nos convertimos en exiliados permanentes sin reposo. La elección es la libertad, pero no cuando su finalidad es constantemente ella misma.
Sandy fue un recordatorio de cómo puede romperse una ilusión. Había quienes tenían electricidad y agua, y quienes no. Hay quienes volvieron a sus vidas, y aquellos que todavía están desplazados después de tantos meses. Por alguna razón, la tecnología parece perpetuar la ilusión para aquellos que la tienen de que todos también la tienen y entonces, como una irónica bofetada en la cara, se hace la realidad.
Fuente: Ideas worth spreading
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